3 de noviembre de 2006

colores

fotografía de EvaSofia


Como todos los días, desperté en mi casa sin saber dónde estaba. A mi lado, desnuda como yo, yacía la mujer más bella que jamás había visto. Sus labios pequeños y redondeados dibujaban una sonrisa que fue iluminando, poco a poco, aquella estancia pequeña y desordenada. En menos de cinco minutos, una explosión cromática se había adueñado de mi cuarto y había despegado suavemente la catarata gris que cubría mis ojos. Volví la vista hacia ella y te encontré a ti. Desde entonces duermo atado a tu tobillo con una cadena arcoíris.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Entonces seguro que tienes dulces sueños.

Besos bacanalescos.

Yisus dijo...

Ciao, Ella!
Gracias por el comentario, pero bien sabes que no todo lo que se escribe sale del lado real del cerebro. O quizá sí...

Besos epistolares.

Anónimo dijo...

Un tobillo de cristal, encadenado a un arcoiris, que recorre lisos valles, nevados montes,y se enreda en mi pelo como el levante entre las nubes.

Besos de colores