5 de febrero de 2007

tenemos que hablar

fotografía de Ohack

De entre los miles de mensajes que se amontonan a diario en mi buzón electrónico, rescato hoy uno que me invita, con la promesa de una mínima recompensa monetaria, a contestar una encuesta sobre lengua hablada. Me deshago como siempre de viagras milagrosas, loterías multimillonarias, jovencitas despampanantes que mueren por citarse conmigo y la habitual promesa de un alargamiento que dejará mi pene como el de Nacho Vidal. Sola, en el buzón, la encuesta me reclama y la abro. Tras contestar algunas preguntas sobre edad, estudios, gustos y preferencias, paso página y comienzan las cuestiones remuneradas. Leo la primera y ya no puedo seguir.


Pregunta número 1 : ¿Cuál es la frase que más temes o has temido nunca?

Conecto el buscador cerebral de recuerdos, lo envío hacia la zona de frases célebres y enciendo un pitillo para ralentizar la búsqueda, pero antes de la segunda calada, suena el timbre en recepción avisando de que la búsqueda ha concluido.


1 item found: …tenemos que hablar…

Esa es la frase; no aparece ninguna otra y el sistema devuelve una verificación confirmando que no hay error, tenemos que hablar es la frase que más he temido siempre. Son sólo tres palabras, pero consiguen congelarme el corazón. El paso siguiente es comprobar el número de veces que la he escuchado, las fechas y la procedencia de ese aviso envenenado. Afortunadamente, la celeridad de la búsqueda es aún mayor que antes, y tan sólo aparecen tres citas: las fechas abarcan un periodo de diez años; la procedencia es única.
Apago el ordenador y salgo a la calle, empujado por un resorte invisible. Aspiro una bocanada interminable de aire viciado y ordeno un inmediato reinicio de todo el sistema. Estoy limpio.
Jamás volveré a contestar preguntas estúpidas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué bueno, tú. Al final me vas a quitar el puesto.

Besos
Chiki

peña dijo...

Yisus, me impresiona la facilidad aparente que tienes para escribir.
Creo que llevas un poeta dentro, ahí dónde te bombea el corazón...

Peña

Anónimo dijo...

Vivo engachada a tu blog desde hace tres días. En casa y en el trabajo hago dejación de mis obligaciones para seguir indagando en este mundo de palabras que has abierto para mí. Gracias, Jesús. Eres bueno, muy bueno. Y yo estoy encantada de conocerte. Un beso.